- 31 May 2025

Calma a pesar del estrés diario – Cómo nuestra psique se beneficia del complejo de vitamina B
El estrés, la sobrecarga y la inquietud interior se han convertido en un estado constante para muchas personas. Ya sea en el trabajo, en la vida familiar o debido a la constante sobrecarga digital, la vida moderna exige mucho a nuestro sistema nervioso. Las consecuencias: problemas para dormir, irritabilidad, falta de motivación o incluso estados depresivos. Aunque la salud mental a menudo se ve solo desde una perspectiva terapéutica, otro aspecto está ganando cada vez más atención: el papel de los micronutrientes, sobre todo la vitamina B.
El llamado complejo de vitamina B incluye ocho vitaminas B diferentes, entre ellas B1, B2, B3, B5, B6, B7 (biotina), B9 (ácido fólico) y B12. Todas juegan un papel crucial en el metabolismo energético, la formación de neurotransmisores en el cerebro y el funcionamiento del sistema nervioso. Una deficiencia – ya sea por mala alimentación, medicación o estrés crónico – puede afectar notablemente la psique. Estudios recientes sugieren que quienes están suficientemente provistos de vitamina B tienden a mantenerse más calmados y emocionalmente estables.
La base bioquímica de la fuerza interior
La calma suele describirse como fortaleza mental o una actitud consciente hacia la vida. Los factores biológicos también son cruciales. El cuerpo depende de una comunicación fluida entre las células nerviosas – y aquí es donde entran en juego las vitaminas B. Promueven la formación de neurotransmisores importantes como serotonina, dopamina y noradrenalina, que influyen en nuestro estado de ánimo, concentración y motivación.
La vitamina B1 (tiamina), por ejemplo, es esencial para el suministro de energía del cerebro y afecta directamente cómo procesamos los estímulos. La vitamina B6 participa en la producción de serotonina, también conocida como la “hormona de la felicidad”. Una deficiencia puede causar irritabilidad y nerviosismo. La vitamina B12, a su vez, es importante para la formación de la vaina protectora de mielina de las fibras nerviosas – sin ella, las señales no pueden transmitirse adecuadamente, lo que puede provocar deterioros cognitivos.
Especialmente durante fases estresantes de la vida, la necesidad de estas vitaminas aumenta. El estrés consume literalmente vitamina B – similar a la energía durante el esfuerzo físico. Quienes ingieren o almacenan muy poco a largo plazo arriesgan su resiliencia mental. Por el contrario, muchas personas informan de mayor equilibrio y claridad mental tras una suplementación dirigida.
Reconocimiento y prevención de deficiencias
Una deficiencia de vitamina B a menudo se pasa por alto o se interpreta mal. Síntomas como agotamiento, nerviosismo, estados depresivos o problemas de concentración se explican frecuentemente de forma psicosocial, aunque ciertamente pueden tener un trasfondo nutricional. Especialmente los veganos, personas con enfermedades gastrointestinales o personas mayores tienen un mayor riesgo de deficiencias, en particular de vitamina B12.
Un análisis de sangre sencillo en el médico de cabecera puede aportar claridad. Es importante no solo comprobar la B12 sérica sino también marcadores funcionales como holotranscobalamina o ácido metilmalónico, que ofrecen información más significativa sobre el estado real de B12.
La prevención es posible de varias maneras: mediante una dieta equilibrada con muchas verduras de hoja verde, legumbres, cereales integrales, frutos secos, lácteos, huevos o carne – según la dieta. Quienes ingieren poco o tienen necesidades aumentadas también pueden recurrir a suplementos de alta calidad. Importante: las vitaminas B funcionan mejor en combinación – los preparados aislados suelen aportar menos beneficio que los productos combinados.